El Método Studio 54: Por qué tu casa necesita un portero (y no un guía turístico)
Nueva York, años 70.
Studio 54.
La discoteca más legendaria de la historia.
Todo el mundo quería entrar, pero muy pocos lo conseguían.
En la puerta estaba Steve Rubell, el dueño.
Él no dejaba pasar al primero que llegaba a la cola.
Él elegía.
Rubell sabía algo fundamental: el valor de lo que hay dentro depende de lo difícil que sea entrar.
Si dejaba entrar a cualquiera, la magia se rompía, el ambiente se degradaba y los clientes VIP (los que dejaban dinero de verdad) se iban a otro lado.
Tu casa en venta debe funcionar exactamente igual.
El mayor error del propietario novato (y del agente perezoso) es pensar que cuantas más visitas, mejor.
Falso.
Tener 20 visitas en un mes no es un éxito.
Es un fracaso de filtro.
Significa que han entrado en tu casa 18 personas que no tenían la capacidad financiera, que solo estaban mirando opciones para dentro de un año, o que eran vecinos cotillas.
Cada vez que abres la puerta de tu casa, estás invirtiendo tiempo, intimidad y esfuerzo.
Si la persona que entra no ha sido precalificada financieramente, estás tirando tu dinero.
Yo aplico el filtro de Studio 54.
Antes de que alguien pise tu felpudo, ha tenido que pasar mi interrogatorio.
Sé si tienen la hipoteca aprobada.
Sé cuánto dinero tienen ahorrado para la entrada.
Sé por qué necesitan comprar ya.
A mis visitas no les abro la puerta para convencerles.
Les abro la puerta para que confirmen que es la casa que quieren comprar.
Al convertir tu casa en un club exclusivo, pasa algo curioso: el comprador la desea más.
Y tú dejas de perder el tiempo limpiando para turistas.
Tengo un sistema de 5 preguntas que uso por teléfono para detectar turistas en menos de 30 segundos.
No las comparto en público para no dar pistas a la competencia, pero las envío a los suscriptores de mi lista privada.
Si quieres vender sin convertir tu casa en un parque público, apúntate aquí.